31.8.10

Poesía (parte I)

Me importa y no me importa,
si te importa o no te importa,
que te importe o no te importe.

No llegará el momento,
pues antes encontraré la excusa,
encontraré el asunto, la premisa,
con que atarte a mi cuento.

Y sin saberlo habrás vencido,
pues nadie más en este mundo sabe
que sin mí tú no habrías sido

ni la mitad de consentida,
ni la mitad de rebelde,
para ser una amiga,
para siempre quererte.

15.8.10

Carta a una desconocida

Querida desconocida:
El día que nos conozcamos no va a ser especial. Será un día normal como otro cualquiera. Pasarán varios días, meses, años hasta que ocurra o puede que incluso ya te conozca. No sé en qué te fijaras tú, pero yo me fijaré en tu sonrisa, en tu forma de andar, en lo ilusionada que estás por hacer eso que tanto deseas, en tus piernas, si te acercas un poco hasta intentaré oler tu pelo... En fin, en lo que siempre me fijo. Buscaremos la mirada, sin pensarlo, de forma natural, está escrito en nuestro instinto. Y entonces sí, ese día, a partir de ese instante, será diferente. No lo sabré hasta muchos años después, cuando te mire por última vez, que recordaré la primera, entonces sabré que ese día era especial y esta carta perderá el anonimato de su destinatario. No, no sabré valorar el momento. Sentiré emoción, la adrenalina se apoderará de nuestros cerebros, te besaré, pensaré, como en tantos otros momentos en que tu corazón te engaña, que has encontrado a alguien al que realmente le gustá tu café, pero no, ese día no te está engañando y lo peor es que todavía no lo sabes.
No hay forma de comprobarlo Srta. Desconocida. No hay forma de saber quién eres ni de saber el día. Por eso tampoco podré elegir la ropa, ni el perfume, ni siquiera prepararme una buena frase. Tal vez te ví ayer por la calle, tal vez nos cruzamos de pequeños paseando algún verano por la playa, tal vez el amigo del amigo del amigo del amigo es también amigo nuestro o tal vez, maldito mi sino porque entonces moriré triste y solo, no existas.

8.6.10

Lust

Women would be amazed if they knew what men desire about them. Yes, of course, they want to see women naked and supine and melting, but male desire is far more readily stimulated by what the oblique glance discovers: the parted lips, the micron of eyelash which the mascara brush missed, the changing angle and shadow of cleavage, the bra-strap alternately displayed and covered up, the ripe-camembert plumpness at the edge of hips. There is, inside every adult man, a relentless Peeping Tom, a perennial 14-year-old boy, still amazed by the phenomenon of women on display, flagging their sexuality, their availability, with every square inch of visible flesh, clothing, make-up and curve.

We desire the personality that we discern in the walk, the clothes, the laugh… We look, and sigh, and wish to do certain things to her, first urgently, then luxuriantly, and keep doing it indefinitely; but we also hunger to have her do certain things to us, unimaginable though it may seem—we want her to want us. We don’t just want her surrender, like a slave captured in battle; we want her approbation, her adoration; we want to enchant her to desire us back. For, no matter how humble we feel before the dizzying fact of female beauty, men are just as narcissistic as women.

Jhon Walsh via 2k3, nightmarebrunette, syntheticpubes, gauntlet
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2.5.10

Air

Lovin someone is just: boom! You'd totally wanna be with that person all the time and I just... You're just totally enamoured of them and just love them to death and you... d'you know what I mean? it's not... kind of hard really to explain to you LOVE.

20.4.10

El tabaco y su poder demoníaco

El tabaco fue descubierto por los occidentales a partir de la primera visita de éstos, es decir, desde que Cristobal Colón piso tierra Americana en 1492. Por supuesto, el señor Colón no fue sólo, sino acompañado de amiguitos de todo tipo y estirpe. Rodrigo de Jérez y Luis de la Torre, compañeros en aquel viaje, observaron costumbres de los habitantes de la zona, y además de hacer trastadas y juergas, y de cansarse de gesticular todo el día con los "ineptos" ¿indios?; descubrieron el tabaco, a saber cómo, pero lo probaron y les gustó. Claro, claro... el morbillo de la primera vez, os suena, ¿verdad?
Al pobre Rodrigo de Jérez, le pillaron fumando en España. ¿Quién? Exactamente fueron los Inquisidores (también conocidos como los mayores tocapelotas de la historia de la humanidad conocida), y le encarcelaron, bajo la acusación de BRUJERÍA, como lo oyen. Maldita Inquisición... ¡Pobre hombre!
Según la cultura popular, la ley de entonces y por supuesto, pura ignorancia Española (¡qué costumbre más mala!):
"Sólo el diablo podía dar a un hombre el poder de sacar humo por la boca". Olé.

[Publicado originalmente en mi perfil de tuenti: 22 de Jul de 2009, a las 03:22]