6.9.09

Truán

Con sólo 5 años ya sabía el nombre de todos los animales y plantas que rodeaban su casa en varias horas de paseo a la redonda. Incluídas todas las flores. Si no sabía el nombre de algo y nadie era capaz de darle una respuesta adecuada, ella misma le ponía nombre.
De repente, Lara paró el paso, dejó de pensar en lo bueno que estaría el pastel que su madre empezó a prepar esa mañana y se llenó súbitamente los pulmones para, atónita, observar el galope de llamativo animal montado por un caballero de extraña vestimenta. Él se acerca pero ella no se asusta:
- Señorita, ¿podría indicarme el camino hacia la iglesia local? Tengo un mensaje muy importante que llevar de parte del señor cardenal.
- Se lo digo si me dice cómo se llama ese animal en el que va montado usted.
Después de una abierta y desmesurada carcajada, el caballero contesta, convencido por satisfacer de pleno tal infantil exigencia:
- Claro, se llama Truán, es un ejemplar extraordinario, ¿verdad? Noble y dócil.
Lara pensó que los truanes eran animales elegantes y fuertes, y que quería cazar uno para ella, aunque todavía no sabía cómo ni dónde...
- Mire, ¿ve esa cruz allí a lo alto?

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